Los Niños Presos En América Latina: Un Análisis Crítico

La garant a de acceso a la justicia para ni os en materia penal no se cumple plenamente, ello se debe -entre otras causas-, a la actual a estructura procesal de administraci n de justicia: dise ada como una copia del esquema vigente en los adultos.Si el sistema retributivo no responde al principio de inter s superior del ni o -y quiz plenamente a ninguno de sus derechos-, se hace necesaria una nueva forma de abordar la respuesta penal vigente mediante un dise o de gesti n procesal que privilegie la justicia juvenil restaurativa, antes que al castigo puro y simple.Sin abandonar la descripci n del sistema procesal penal juvenil, esta investigaci n se centra en explicar los procedimientos que actualmente existen en la administraci n de justicia denominada "especializada", pero no solo para desenmascararlos como herramientas de sanci n sino para que desde su propia estructura se generen nuevos modos que abran espacios de concertaci n, di logo entre partes, y posibiliten el cambio procedimental hacia un sistema juvenil restaurador.Particularmente, se estudian las etapas investigativas, las de juzgamiento, sanci n y ejecuci n de la pena, a las cuales son sometidos los menores de dieciocho a os de edad. Todo ello a la luz de la Convenci n Internacional de Derechos del Ni o (en especial los Arts. 12, 37 y 40), describir s , criticar tambi n, pero planteando caminos de transformaci n a dise os sencillos de des judicializaci n y reparaci n, para que sean las partes y no solo un tercero quienes acuerden esas salidas no violentas de sus situaciones problem ticas, deconstruyendo el binomio delito-pena.Estas ideas permiten reconocer la deslegitimaci n del poder punitivo y su incapacidad para resolver conflictos, mediante el reemplazo o sustituci n por modelos de soluci n de controversias diferentes. No quisiera llamarlos m todos alternativos de soluci n de conflictos (MASC), pues lo normal, lo obviamente l gico es que un conflicto se solucione por el di logo y no por la represi n. Lo alternativo, lo anormal realmente es el castigo, no la soluci n pac fica.El texto aborda desde la pr ctica un problema b sico en materia de Justicia Penal Juvenil, y es la ausencia de cumplimiento entre lo declarativo y la ejecuci n legal. Y es que si bien la mayor a de pa ses en el mundo han suscrito la Convenci n de Derechos del Ni o, la pr ctica devela una realidad procedimental carente de eficacia y hasta violatoria del corpus iuris internacional de Derechos Humanos.La pena ha resultado en provocadora de mayor da o del que se quiso evitar, el fin penal logra convertirse en generador de violencia y no en rehabilitaci n -de ser ese su ideal-. No evita reincidencias, pues por un lado, causa sufrimientos innecesarios que socialmente se reparten en forma injusta; por otro, no tiene efectos positivos sobre las personas involucradas en los conflictos; y -finalmente- su contralor es dif cil.Resulta entonces esperanzador el camino restaurativo en tiempos de populismo punitivo. Los procedimientos deben entonces ajustarse y calibrarse para que esos preceptos normativos favorables a los ni os y adolescentes, sean en alg n momento posibles, advirtiendo que la juventud es una construcci n social.Si el inter s superior del ni o recogido en la Convenci n de Derechos del Ni o, supera la simple legalidad para orientar las acciones de los Estados hacia pol ticas p blicas restaurativas, se impulsa con ello el desarrollo de la cultura, se aspira igualdad y acato de los derechos de humanos en la pr ctica y no en la mera formalidad.