Esta obra propone una etica del acompanamiento terapeutico en el autismo. Se enfoca en una presencia que no se impone, que acoge antes de interpretar y transforma la vida cotidiana en un campo de intervencion profesional. Sin diagnosticos rigidos, ofrece una cartografia sensorial que considera ruidos, texturas y tiempos del otro, orientando intervenciones efectivas. El juego se presenta como un espacio clinico y de derecho. La bitacora se convierte en una herramienta que genera conocimiento y guia decisiones eticas. El libro desafia la patologizacion, pasa de las etiquetas al significado y de la correccion de conductas a la adaptacion del entorno. Presenta una tesis politica: el acompanamiento procura una redistribucion del apoyo que permite que el profesional se retire sin dejar un vacio. Desafia lo convencional y nos invita a una clinica que, al cuidar lo individual, redefine lo colectivo. La presencia del acompanante terapeutico en el autismo se concibe como ritmo y hospitalidad, un marco que se adapta sin invadir.