Nada hacia presagiar que, lo que en principio se presumia como unas vacaciones con vistas a la biografia de la exotica estrella de la farandula portuense, se convertiria en el afortunado descubrimiento de una tierra y personajes insospechados para Roman Ferreira, escritor transformado en investigador ocasional de crimenes, donde se mezclan las plumas de marabu y las lentejuelas con las sotanas, envueltas entre cotidianas y simples historias humanas, intrigas y misterios.